miércoles, 17 de julio de 2013

EL PROBLEMA DE INVESTIGACION


Para la selección del tema a investigar deberíamos considerar nuestros conocimientos, y la experiencia profesional acumulada.

El punto de partida para identificar dicho tema es: la práctica profesional diaria sea en el ámbito asistencial, docente o de la gestión. El trabajo cotidiano permite identificar la variabilidad en los procedimientos, métodos y técnicas utilizadas en las intervenciones sanitarias (preventivas, diagnósticas, terapéuticas, de organización, etc.). Un análisis de la base científica que subyace en nuestras actuaciones puede evidenciar la insuficiencia de pruebas científicas que justifiquen nuestras decisiones.

Las teorías y modelos que adoptaremos como referentes, también serán susceptibles de análisis y pueden originar estudios para verificar o comprobar la validez del marco de referencia que justificará nuestra actuación.

La lectura de publicaciones y la asistencia a encuentros científicos sobre nuestra disciplina, puede descubrirnos diferencias y contradicciones en la labor desarrollada.


  • ¿Nos interesa el tema?
  • ¿Disponemos de tiempo suficiente para completar el estudio dentro de los plazos fijados?
  • ¿Es un problema relevante por su impacto socio-cultural?
  • ¿Quiénes se beneficiaran de los resultados?
  • ¿Contamos con el conocimiento y la experiencia suficientes sobre metodología de la investigación?
  • ¿Dispondremos de los recursos humanos y materiales necesarios para completar el estudio?
  • ¿Tendremos acceso al lugar dónde se desarrolla el estudio?
  • ¿Es un tema novedoso y original?
  • ¿Es un tema respetuoso y cumple con los principios éticos?




En el enunciado del problema elegido deben constar: las variables esenciales que se van a analizar y los sujetos a estudiar. Además, se puede incluir: cómo se hará el estudio (diseño), dónde y cuándo tendrá lugar la investigación. El lugar y el periodo de tiempo se consignarán cuando se estime que son aspectos que pueden influir o alterar los resultados o las conclusiones finales.

Pensar en:
Elementos del enunciado:
¿Qué se investigará?
Variable/s principales
¿Quiénes participarán?
Sujetos a estudiar
¿Qué estrategia se seguirá?
Diseño
¿Dónde se realizará el estudio?
Ámbito del estudio
¿ Cuándo se realizará el estudio?
Período de tiempo
       
El problema no se debe acotar o delimitar desde el inicio, enmarcándolo en la realidad de la práctica social. No hay que olvidar que los problemas especulativos encajan poco con las líneas de investigación propias de las ciencias de la salud.

También se deberán evitar los problemas de carácter general que contengan muchas variables, porque dificultan el tratamiento de los datos y los recursos invertidos inútilmente.

Un mismo problema se podrá plantear bien como una pregunta (interrogante), bien como objetivo (afirmación). Se trata de diferentes formatos para una misma finalidad: que el lector sepa que se quiere averiguar.

Las variables indicadas en el problema deben ser susceptibles de medición. Si con los instrumentos disponibles es imposible realizar tal medición, se valorará el abandonar ese problema o elaborar un instrumento fiable y válido.


Los objetivos pueden ser generales (principales) y específicos (secundarios). Estos se enuncian con verbos de acción.  Los objetivos serán concretos, evaluables, viables y relevantes (con interés científico). Su número se limitará a dos o tres de generales y a cuatro o cinco de específicos: además se ordenarán según la prioridad en su logro.

Habitualmente, los objetivos de investigación se dirigen a conocer las características de un problema, explicar las posibles relaciones entre variables y a anticipar fenómenos en los que éstas intervienen.

Se pueden distinguir los objetivos de investigación de los que no lo son. Los últimos suelen formar parte de los planes de salud, programas y actividades sanitarias, en cuya elaboración debería valorarse los resultados de investigaciones relevantes.

Exploratorios o descriptivos: nos acercan a problemas poco conocidos e implican:
·                Identificar y describir características o atributos ignorados hasta ese momento
·                Cuantificar la frecuencia de algún fenómeno socio-sanitario.
·                Seleccionar problemas y áreas de interés para la investigación
·                Ordenar y clasificar las variables en categorías.

Son objetivos que no requieren de la formulación de una hipótesis, ya que se limitan a abordar los problemas en su primer nivel.
·                Analíticos: estudian la relación entre una posible causa (factor de estudio) y un efecto (criterio de evaluación). La dimensión de esta relación se anticipa a través de las hipótesis, que son imprescindibles en este tipo de objetivos. Los objetivos analíticos se subdividen en explicativos y predictivos.
·                Explicativos: cuando la causa o factor de estudio se produce espontáneamente, sin intervención del  investigador.
·                Predictivos: cuando la causa es controlada, administrada o provocada por el investigador.

Los objetivos analíticos permiten:
·                Contrastar o verificar hipótesis
·                Confirmar las relaciones que hay entre las variables (causa-efecto)
·                Comparar la efectividad de al menos dos intervenciones
·                Comprender las causas o factores subyacentes
·                Anticipar o preveer fenómenos

Debido a que el conocimiento y la comprensión de la causa o antecedente (factor de riesgo), facilita su control o prevención, estos objetivos son los que tienen mayor interés.


Se trata de objetivos propios de los planes o programas de desarrollo social, memorias de centros, etc. Un ejercicio útil para valorar si un objetivo es realmente de investigación, consiste en preguntarse si en el momento de finalizar la investigación, y a la luz de los resultados obtenidos, ya se ha logrado el objetivo.


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario