miércoles, 12 de diciembre de 2012

Recuento 2012: las noticias más curiosas del año en ciencia y tecnología

La NASA mostró a sus ‘acuanautas’ y el rapero Tupac Shakur ‘resucitó’ convertido en holograma. Psicólogo peruano ganó un anti-Nobel y los robots también hicieron de las suyas
Recuento 2012: las noticias más curiosas del año en ciencia y tecnología
El 2012 fue un año de una serie de logros en el campo científico y de sorprendentes novedades en el aspecto tecnológico que resumiremos en un siguiente artículo. Esta vez comenzaron el recuento del año repasando las noticias más curiosas de los últimos 12 meses.

VER EN:
http://elcomercio.pe/actualidad/1508839/noticia-recuento-2012-noticias-mas-curiosas-ano-ciencia-tecnologia

domingo, 14 de octubre de 2012

El Vuelo de los gansos




ACTUAR EN GRUPO ES INHERENTE A TODO SER GREGARIO, PARA BUSCAR LA SUPERVIVENCIA, REALIZANDO TAREAS ESPECIFICAS QUE LES PERMITE MANEJAR LAS DIFICULTADES QUE SE LES PRESENTA. PERO SI A ELLO SE UNE LA RACIONALIDAD HUMANA, EL OBJETIVO PUEDE SER MAYOR, EL ESFUERZO PUEDE TENER MAYOR PRECISION Y EL RESULTADO SER SORPRENDENTE. LAMENTABLEMENTE ESA MISMA RACIONALIDAD NOS LLEVA AL INDIVIDUALISMO, QUE LUCHA PERMANENTEMENTE CON NUESTRA CONDICION GREGARIA. POR ELLO DEBEMOS ACOSTUMBRARNOS AL TRABAJO EN EQUIPO, PLANIFICADO Y BUSCANDO RESULTADOS, DESE NIÑOS, PARA RECUPERAR ESA INTELIGENCIA QUE AUN MANTIENEN LOS ANIMALES. 

sábado, 13 de octubre de 2012

Método científico


El método científico (del griego: -μετά = hacia, a lo largo- -οδός = camino-; y dellatín scientia = conocimiento; camino hacia el conocimiento) es un método de investigación usado principalmente en la producción de conocimiento en lasciencias. Para ser llamado científico, un método de investigación debe basarse en la empírica y en la medición, sujeto a los principios específicos de las pruebas de razonamiento. El Oxford English Dictionary, dice que el método científico es: "un método o procedimiento que ha caracterizado a la ciencia natural desde el siglo 17, que consiste en la observación sistemática, medición y experimentación, y la formulación, análisis y modificación de las hipótesis."

El método científico está sustentado por dos pilares fundamentales. El primero de ellos es la reproducibilidad, es decir, la capacidad de repetir un determinado experimento, en cualquier lugar y por cualquier persona. Este pilar se basa, esencialmente, en la comunicación y publicidad de los resultados obtenidos. El segundo pilar es la refutabilidad. Es decir, que toda proposición científica tiene que ser susceptible de ser falsada o refutada (falsacionismo). Esto implica que se podrían diseñar experimentos, que en el caso de dar resultados distintos a los predichos, negarían la hipótesis puesta a prueba. La falsabilidad no es otra cosa que el modus tollendo tollens del método hipotético deductivo experimental. Según James B. Conant, no existe un método científico. El científico usa métodos definitorios, métodos clasificatorios, métodos estadísticos, métodos hipotético-deductivos, procedimientos de medición, etcétera. Y según esto, referirse a el método científico es referirse a este conjunto de tácticas empleadas para constituir el conocimiento, sujetas al devenir histórico, y que eventualmente podrían ser otras en el futuro. Ello nos conduce tratar de sistematizar las distintas ramas dentro del campo del método científico...




LEER MAS EN: 


miércoles, 26 de septiembre de 2012

viernes, 21 de septiembre de 2012

EL CONOCIMIENTO

CONCEPTO:

“Es un conjunto de datos sobre hechos, verdades o de información ganada a través de la experiencia o del aprendizaje (a posteriori), o a través de introspección (a priori). El conocimiento es una apreciación de la posesión de múltiples datos interrelacionados, que por si solos poseen menor valor cualitativo.”

ETIMOLOGÍA: 

del viejo latín *(g)no-sco > nosco, novi, notum. Griego γνώσεω (gnóseo) ‘(re)conozco’. De ahí notio ‘noción’, griego γνϖσις (gnósis) ‘conocimiento’.

En la antigüedad griega, el autoconocimiento era la base para el despliegue de la propia personalidad, según se desprende, según la inscripción del templo de Apolo en Delfos: gnothi seauton (“conócete a ti mismo”).

La inscripción que figuraba en el frontón del templo de Apolo en Delfon no tenía aún el significado socrático que esta expresión adquirió más tarde. Simplemente recomendaba al que vieniera a buscar un oráculo: "En el momento que vengas a hacer preguntas al oráculo, examina bien en ti mismo las que quieres hacer, puesto que no debes plantear demasiadas; examina dentro de ti lo que necesitas saber". 

Como explica Foucault, la expresión conócete a ti mismo (γνῶθι σεαυτόν) se convirtió en máxima y cambió de signo a partir de Sócrates. Este filósofo griego dejó de relacionar con este precepto al hombre con los dioses y empezó a vincularlo consigo mismo.

Conocer -

Del latín cognoscere (latín vulgar conoscere), derivado de noscere íd. Incógnito, hacia 1490, tomado del latín incognitus íd. negativo de cognitus, participio pasivo de cognoscere. [Corominas, Joan: Breve diccionario etimológico de la lengua española. Madrid: Gredos, 31987, 388] 

TIPOS DE CONOCIMIENTO:

- EMPÍRICO (vulgar o natural)
- CIENTÍFICO (sistemático)
- FILOSÓFICO (racional)

CONOCIMIENTO EMPÍRICO (vulgar o natural): 
  • Es natural o vulgar (común), porque lo poseen todos los seres humanos
  • Es empírico, porque está basado en la experiencia
  • Es espontáneo, porque no obedece a un fin preestablecido
  • Es un Medio de defensa contra la naturaleza y los otros hombres
  • Es asistemático porque no tiene un orden, una organización jerárquica
  • Es azaroso porque depende de la curiosidad espontánea y la casualidad


CONOCIMIENTO CIENTÍFICO (sistemático): 
  • Es selectivo porque establece su propio objeto de estudio (ciencias)
  • Es metódico, porque procede procedimientos rigurosos y técnicas específicas
  • Es sistemático, porque tiene una organización jerárquica (conceptos, definiciones, hipótesis, leyes, etc.) 
  • Es objetivo, porque su conocimiento refleja la realidad
  • Es eficaz, porque establece las soluciones a los problemas del avance de la humanidad
  • Es explicativo, porque establece las causas de los fenómenos y sus relaciones
  • Busca la verdad, aunque no es dogmático   

CONOCIMIENTO FILOSÓFICO (racional): 
  • Es problemático, porque cuestiona la realidad (cosmos y hombre) de manera general.
  • Es incondicionado, porque es libre en su creación; no necesariamente debe respetar todos los sistemas de conocimiento filosóficos anteriores, es creativo.
  • Es crítico, porque analiza todos los aspectos de un problema. 
  • Es trascendente, porque va más allá de lo observable, es metafísico. Los problemas que analiza no son objetos concretos ni fenómenos específicos, sino asuntos relacionados a la existencia humana, su sentido, su finalidad, etc.
  • Es universal, porque aspira a la integración total del conocimiento para poder comprender al cosmos y al hombre. Por ellos la respuesta a la pregunta ¿Qué es el hombre? Tiene que ser universal, no sólo sociológica, biológica o sociológica.
  • Es orientador, porque estas grandes respuestas en la medida de su corrección, se encarnarán en las multitudes, guiando la historia de la humanidad.


"La posesión de conocimiento, a no ser que vaya acompañada por una manifestación y una expresión en la acción, es como el amontonamiento de metales preciosos; una cosa vana y tonta. El conocimiento como la riqueza, esta destinado al uso. La ley del uso es universal, y aquel que la viola sufre en razón de su conflicto con las fuerzas naturales." 

(Hermes)

jueves, 13 de septiembre de 2012


Nuestro Facebook es:
Philosophia, scientia et Praxis

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martes, 11 de septiembre de 2012

IDEO

IDEO is an international design and innovation consultancy founded in Palo Alto, California, United States with other locations in San Francisco, Chicago, New York, Boston, London, Munich, Shanghai, Singapore, Mumbai, Seoul, and Tokyo. 

The company helps design products, services, environments, and digital experiences.ly, the company has become increasingly involved in management consulting and organizational design




COMO ELEGIR EL TEMA DE INVESTIGACIÓN


EL TEMA DE INVESTIGACIÓN

a) Buscar un Problema de Investigación que Resulte de Real Interés para el Tesista:
Aunque parezca obvio, es indispensable recordar que una tesis implica un esfuerzo considerable, pues normalmente se exige de ella un nivel de calidad al que -por supuesto- no está acostumbrado el estudiante. Este deberá apelar a todas sus capacidades para lograr superar los escollos, diversos e imprevistos, que se le irán presentando. Probablemente tenga que sumergirse en su desarrollo durante un tiempo nada breve, que puede oscilar entre algunos meses y un par de años. Todas estas dificultades se simplifican enormemente si se posee un sincero y auténtico interés hacia el tema sobre el cual se investiga y se escribe. Si realmente deseamos conocer la respuesta a los interrogantes que se plantean en nuestro proyecto, si -insistimos- existe una efectiva curiosidad intelectual por saber cuál será el resultado de nuestra indagación, haremos entonces casi todas las tareas con gusto, sin que nos pesen demasiado, logrando concentrar mucho mejor nuestras energías.
Es por eso que al realizar el examen de las posibilidades que se le abren en concreto, el tesista debe tratar de asumir de manera consciente el verdadero alcance de sus intereses subjetivos, de lo que en propiedad le interesa o le desagrada. Lo mismo es válido no sólo para las tesis sino, naturalmente, para cualquier trabajo de investigación.

b) Escoger una Temática Conocida:
Una tesis se propone, entre otros fines, aportar nuevos conocimientos a alguna disciplina del saber humano. Por más que tal meta no se tome de un modo totalmente estricto y que se acepten ciertas limitaciones en este objetivo central, siempre se requerirá de un esfuerzo de creación intelectual relativamente amplio, que supone el conocimiento de lo ya existente en la materia a trabajar. Resulta claro, entonces, que es preciso conocer de un modo bastante acabado el ámbito en que se habrá de desarrollar la investigación: no se puede pretender aportar "nuevos" conocimientos si no se tiene una idea bien definida acerca de cuáles son los ya existentes.

Por ello, naturalmente, conviene centrar nuestro problema de investigación dentro de un área temática que nos resulte, de algún modo, bastante familiar. Tal conocimiento puede provenir de lecturas sistemáticas, de cursos o seminarios en que se haya participado o de haber realizado un trabajo práctico en el campo de acción correspondiente. En todo caso no hay que desdeñar la ventaja que esa plataforma de conocimientos significa y es preciso, al contrario, saberla utilizar. No es fácil, aún así, llegar a producir aportes al desarrollo de una disciplina, porque esto significa en cierta forma haber alcanzado una especie de frontera en cuanto al saber existente en el terreno que se estudia. Por eso es que recomendamos a todo tesista evaluar el estado actual de sus conocimientos, para evitar un trabajo de estudio y actualización que puede llegar a resultar desmesurado y para eludir otro riesgo, de lamentables consecuencias: encontrar, en el curso de la investigación, que ya se ha realizado un estudio casi idéntico. Hay que recordar siempre, pues, que plantear adecuadamente un problema de investigación implica conocer a fondo el área temática en que el mismo se ubica.
Si el estudiante no tiene la menor idea de qué son los QUASARS, por ejemplo, o si posee acerca de tales objetos conocimientos que apenas si superan el nivel de la divulgación científica, será imposible que se plantee más que interrogantes generales, poco interesantes en definitiva, que ya seguramente han resuelto los especialistas o que no se pueden esclarecer todavía porque falta la indispensable acumulación de conocimientos al respecto.
En el campo de las ciencias sociales se produce además otro fenómeno, de perturbadoras consecuencias: el investigador novel tiene a veces la impresión de que domina un cierto tema, o de que puede hacer sobre el mismo interesantes reflexiones. Pero, una vez que lo aborda seriamente, comprende que tiene sobre ello apenas algunas prenociones, vagas e inconexas, que conforman más una posición ideológica que una sólida teoría. Esto es frecuente si se piensa en objetos de estudio tales como el hábito del consumo de drogas, la corrupción administrativa, las desigualdades sociales o la conducta sexual, donde todos parecemos tener ya una posición tomada. En estos casos, inusuales en el ámbito de las ciencias naturales, es conveniente que el estudiante haga una prudente consulta bibliográfica aún antes, siquiera, de emprender la elaboración de una monografía.

c) Buscar Areas de Trabajo en las que Pueda Contarse con una Ayuda Efectiva:
Esta recomendación, como las otras, parece realmente elemental y poco discutible. Pero estamos tan acostumbrados a ver el caso de estudiantes que se empeñan en lograr lo inalcanzable que no dudamos en dedicar unos pocos párrafos a este simple pero eficaz consejo. Son varios los elementos a los que nos referimos en este caso, todos ellos directamente relacionados con los diversos recursos que son necesarios para emprender una investigación. Veamos esto con un poco más de detalle.
Un primer elemento a considerar es la disponibilidad de datos pertinentes a la cuestión en estudio. Si estos escasean o son difíciles de hallar, en principio, estaremos ante un interesante desafío que puede incluso realzar el valor de la tesis a efectuar. Pero, más allá de cierto punto, tal dificultad se puede convertir en una muralla imposible de escalar, especialmente con los limitados recursos materiales que habitualmente posee un tesista. Por ello aconsejamos un poco de lo que suele llamarse realismo: conviene dejar para otra oportunidad tan ambiciosas metas y encaminar nuestros esfuerzos hacia problemáticas tal vez algo menos originales, pero en todo caso factibles de explorar dentro de las condiciones existentes. Lo mismo podríamos decir, prácticamente, en cuanto a la disponibilidad de otros elementos que en ocasiones resultan indispensables para el desarrollo de una indagación científica: existencia de laboratorios, materiales y equipos, ayudas financieras para la realización de trabajos de campo, acceso a fuentes de documentación o a personas que poseen información que no está disponible en fuentes secundarias, etc.
Lo anterior tiene relación, básicamente, con lo que podríamos llamar los aspectos materiales de la investigación. Pero hay otro elemento que en ocasiones suele pasar inadvertido, aunque siempre incide en el adecuado desarrollo de una tesis: estamos hablando de la presencia activa de un tutor, en el pleno sentido de lo que significa ese importante rol. Si el tesista tiene la oportunidad de contar con alguien capaz de orientarlo desinteresadamente en su trabajo y que, respetando sus inclinaciones y puntos de vista, sea capaz a la vez de apoyarlo de modo constructivo, conviene que busque el modo de mantener una relación de trabajo tan fructífera y positiva.
Es cierto que una feliz combinación de cualidades como la mencionada no se suele encontrar con frecuencia. Pero, en todo caso, conviene tener presente que es mejor hacer ciertas concesiones en materia de elección temática que intentar trabajar sin el concurso de las orientaciones que puede proporcionar una persona más experimentada. Un tutor que trabaja con desgano, sólo como en respuesta a una designación administrativa, o uno que busca simplemente en el tesista una especie de dócil continuador de sus puntos de vista, se convierte en un lastre, en un impedimento que hace aún más difíciles las de por si complejas tareas de toda investigación. De allí que sea conveniente que el tutor también posea algún interés personal en el área del trabajo de modo que pueda compartir cierto entusiasmo por la labor que se efectúa.

d) Seleccionar un Tema Bien Concreto y Accesible:
Es pertinente recordar aquí que la ciencia ha progresado casi siempre por medio de la acumulación de aportes individualmente reducidos, no a través de bruscos saltos en que se replantean todos los conocimientos anteriores o se construye desde sus raíces una nueva teoría. De allí que el pensamiento científico se ocupe primordialmente de resolver problemas concretos de conocimiento, es decir, específicos y bien delimitados. Por ello es necesario que el investigador haga un esfuerzo para ir acotando el área dentro de la cual habrá de plantear su pesquisa, porque de ese modo podrá formular un problema de investigación que sea efectivamente capaz de resolver.
Para lograr lo anterior es preciso, como decíamos, conocer ya en cierta medida las áreas que son posible objeto de nuestro interés: sólo de ese modo podrá encontrarse una delimitación que resulte apropiada tanto teórica como prácticamente. Lo primero significa que la delimitación temática no debe ser arbitraria, para de esa manera restringirse a un campo del saber que tenga coherencia interior. Si el tema de un trabajo es, por ejemplo, la balanza comercial de un país, no podrá dejarse de lado -razonablemente- el estudio de la cotización internacional de su moneda, puesto que este último aspecto incide decisivamente sobre el anterior. El sentido práctico de la delimitación es, en cambio, bastante más evidente: se comprende que no resulta necesario ni posible hacer un estudio de actitudes frente al aborto en todas las poblaciones de una nación con los recursos habitualmente limitados de un tesista.
Conviene al estudiante, entonces, no desdeñar aquellas posibilidades de trabajo que pueden parecerle tal vez un tanto simples, como carentes de vuelo, si en los demás respectos ellas son adecuadas para iniciar una investigación provechosa. De este modo logrará conocer mejor el campo de conocimientos en que se desenvuelve, pues la restricción de su amplitud permitirá una más completa y eficaz búsqueda bibliográfica. Tendrá ocasión también de evitar que su investigación adquiera proporciones desmedidas, pues siempre en el desarrollo de un trabajo encontramos que las cosas resultan más complejas de lo que inicialmente parecían. Y, por último, aunque no menos importante, estará en mejores condiciones para plantearse un problema accesible, que pueda ser resuelto mediante sus propios esfuerzos intelectuales.

Fuente: Blog metodología de la Investigación

PASOS PARA EL PROCESO DE INVESTIGACION


Pasos Para El Proceso De Investigacion
Contenido
Evaluación Diagnóstica: A continuación se presentan una serie de pasos pertenecientes al proceso de investigación.
  1. Elija su tema
  2. Encontrar informacion investiga y aprende
  3. Refinar el tema
  4. Localizar y seleccionar el material
  5. Evaluar la referencia del material
  6. Tomar notas
  7. Construir el proyecto
PROCESO DE INVESTIGACIÓN : Toda investigación implica un conjunto de pasos o etapas que te llevan al logro del objetivo planteado.
Por ello al momento de realizar cualquier búsqueda de datos, es de suma importancia considerar los pasos del proceso de investigación de información, ya que estos como su nombre lo dice son pasos que encaminan al logro de tu objetivo de búsqueda en forma efectiva, y con base a estos puedes analizar y evaluar la investigación realizada .
Elegir el Tema: El primer paso es seleccionar un tema que sea de tu interés, o si el tema ha sido asignado, selecciona un aspecto o perspectiva del tema que le interese, si tiene problemas con el tema, encontrarás útil buscar en publicaciones periódicas como revistas, journals, periódicos, fuentes de referencia y bases de datos en línea.
Recuerda la selección del tema es la desición más importante que deberás toma en el proceso de investigación. Sin un tema, no se puede llegar muy lejos.
Encontrar Información : Trate de encontrar alguna información básica de su tema. Seleccione algunos términos clave de su tema y busque información básica en fuentes de referencia como enciclopedias, manuales, catálogos de biblioteca, libros, bases de datos electrónicas y fuentes de Internet (sitios web).
Esta búsqueda preliminar ayuda a determinar que tanto o que tan poca información esta disponible acerca de su tema.
Refine su Tema : Basado en la calidad y cantidad de información localizada; el siguiente paso es refinar el tema; si en la búsqueda inicial se localizó muy poca información, necesitará ampliar su tema.
Puede ampliar su tema buscando conceptos relacionados o sinónimos, buscando diferentes palabras claves, seleccionando diferentes fuentes de información. Si por lo contrario en la búsqueda inicial se encontró mucha información, será necesario reducir el tema .
Localice y Seleccione el Material: Una vez que tenga definido el tema, esta listo para empezar a localizar y recuperar materiales.
Para localizar y recuperar materiales acerca de su tema, debe considerar sus necesidades de información y seleccionar la herramienta de búsqueda apropiada. La información que necesita dependerá de los requerimientos de su proyecto de investigación.
Evalúe la Referencia del Material : Después de localizar los materiales, el siguiente paso es determinar la relevancia y utilidad de los mismos para el tema de investigación. Un claro y bien definido tema permite fácilmente eliminar aquellos materiales que son irrelevantes. Después de determinar la relevancia de un artículo, necesita evaluar la calidad de la información. Los criterios básicos para evaluar la información son: Autoridad, Exactitud, Objetividad, Actualidad, Cobertura.
Tomar Notas : Durante el proceso de investigación mantenga un correcto registro de que herramientas y estrategias de búsqueda a utilizado, de esta manera no buscará dos veces lo mismo.
Es muy importante ir anotando pequeñas reflexiones acerca de lo que se ha ido leyendo ya que será de gran ayuda al momento de desarrollar el proyecto; otro aspecto que se debe de tomar en cuenta es el de ir anotando las referencias bibliográficas; ya que con ello se tendrá una lista de todos los recursos visitados y al momento de realizar otra búsqueda ya se tendrá y todo el proceso será más rápido.
Construir el Proyecto: El último paso es construir el proyecto; dentro de este punto lo que se hará, es preparar la documentación o presentación. Es muy importante que se cite cualquier material que haya sido utilizado.
PROYECTO
Conclusión : El proceso de investigación sirve como un medio efectivo, el cual lleva a localizar información útil, consolidándose por siete pasos básicos de investigación. Dicho proceso, te sirve para obtener información avanzada sobre temas de interés, mismo que te permitirá proyectar y aplicar tus conocimientos en cualquier situación que se te presente, de esta manera podrás deducir la información para su análisis, una vez que lleves a cabo el proceso de investigación, tendrás la certeza de que el proyecto elaborado cubre la necesidad planteada sobre el tema de interés.
Bibliografía: Departamento de Acceso al Conocimiento (2006). Manual de Referencia: Servicios bibliotecarios. Ed. ITSON. Tercera Edición. México.





LA EVOLUCION DEL INTERNET



Ciencia: la fe del que no sabe

El español tiene un escaso conocimiento científico pero está entre los europeos que más valora los avances

Los ciudadanos están abiertos a casi cualquier innovación



Severo Ocha, premio Nobel en 1959. / AP

No saber de qué se habla no impide que se opine. O, dicho de otro modo, los españoles son mayoritariamente defensores de los avances técnicos y científicos, aunque no los entiendan. Un informe de la Fundación BBVA presentado ayer refleja la peculiar relación que los ciudadanos de España mantienen con la investigación y los descubrimientos, a medias entre la fe ciega y un optimismo —este sí— antropológico. En la encuesta se refleja la confianza de los españoles, al nivel del resto de los entrevistados, en los avances. La ciencia “es el motor del progreso”, gracias a ella “la salud de la gente está mejorando continuamente” y es “fundamental para la cultura de la sociedad”, por ejemplo. Pero también se reflejan los miedos (complica la vida, deteriora el medio ambiente, va demasiado deprisa). Estos aumentan con la ignorancia y según se acercan a aplicaciones más relacionadas con la vida, como la genética. Pese a ello, la fe de los españoles en la ciencia es fuerte. Tanto, que la quieren libre, sin límites éticos ni, mucho menos, religiosos.
 El trabajo es la segunda parte de uno presentado en mayo con el mismo nombre, Estudio internacional de cultura científica. Este mide la actitud ante la ciencia y la tecnología. Pero lo curioso surge al cruzar los datos de ambos. En el primero se medían los conocimientos, con resultados demoledores para España. Mientras más del 50% de los encuestados en Dinamarca y Países Bajos presentaban un nivel alto de conocimiento científico, en España la proporción era del 22%. El estudio ha encuestado a 1.500 personas por país en EE UU, República Checa, Polonia, Alemania, Austria, Dinamarca, Italia, Holanda, Francia, Reino Unido y España.
Sobre el aspecto de los conocimientos, la opinión de los expertos consultados es unánime: la ciencia se enseña mal en España. Sergio Calvo, director de la Escuela de Doctorado e Investigación de la Universidad Europea de Madrid, cree que hay que empezar desde primaria y secundaria, donde la enseñanza “no es eminentemente práctica”. En la misma línea, Joan Guinovart, director del Instituto de Investigación Biomédica (IRB en catalán) de Barcelona, afirma que lo que se enseña “parece ciencia revelada, no descubierta”, y que una solución consistiría en que “en secundaria se favoreciera la entrada en el profesorado de doctores, que han hecho cuatro años de investigación y tienen otro concepto del experimento”. Mientras tanto, lo que se aprende es “una cuestión de fe”. Emilio Muñoz, expresidente del CSIC y actualmente director científico de Asebio (Asociación Española de Bioempresas), añade que cada vez está “más convencido de la influencia de la trayectoria” de un país sin tradición.

Con la tranquilidad que da contestar por escrito, Javier Sánchez Cañizares, del Grupo de Investigación Ciencia, Razón y Fe (CRYF) de la Universidad de Navarra, afirma: “Se ha de ser cauto con los resultados de estos estudios, porque dependen mucho del modo de plantear las preguntas. No obstante, resulta muy positivo el alto nivel de aceptación que, en general, tiene la ciencia”. Sobre esta base, la buena opinión respecto a la ciencia de los españoles resulta “paradójica”, dice Muñoz. Guinovart cree que “la gente contesta lo que cree que hay que decir”. “No es coherente”, añade Calvo. Más optimista, la analista del Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública del BBVA, Consuelo Perera, cree que esta opinión positiva tiene su origen en que “con los cambios sociales de las últimas décadas, la gente se ha hecho más abierta a cualquier innovación, y tiende a valorarla”.
Eso sí, el apoyo tiene matices. Es muy alto (del 88%) cuando se le pregunta por el potencial de la energía solar, y baja al 48,8% cuando se pregunta por la ingeniería genética y al 18,8% si la cuestión es sobre clonación de animales.
“Al acercarse más al ser vivo, aumenta el rechazo”, explica Perera. Aunque también aquí influye el desconocimiento. “En España, un 35% no sabe decir para qué sirve la biotecnología”. Muñoz apunta a que, ante la falta de argumentos, “juegan mucho las creencias, y no el conocimiento”, y cree que esto sucede sobre todo con la bioingeniería. Guinovart refuerza esta idea de una manera tajante. “Hacemos de ello, de lo que es bueno o malo, seguro o peligroso, una cuestión de fe. Nos basamos en el principio de porque sí, de por definición, y no vamos más allá”.

El rechazo a ciertas aplicaciones aumenta con el desconocimiento
Además, el director del IRB apunta que parte de la culpa la tienen los científicos. “Algunos temas los hemos vendido muy mal”, dice. “Empezando por el nombre”. “Es el caso de los transgénicos. Hasta la palabra es fea. Ese prefijo trans... Y se crea un rechazo que no tiene sentido. Todo lo que comemos es transgénico. El trigo que usamos no tiene nada que ver con el salvaje, ni todas esas frutas nuevas que se crean por injertos”.
Otro ejemplo polémico que pone Guinovar es el de las células madre. “En inglés no se llaman mother cells, sino stem [tallo, raíz] cells. Pero aquí les hemos ido a poner una palabra que despierta pasiones: madre. ¡Madre no hay más que una! ¡No toques a mi madre!”, ironiza. Más en serio, añade: “Cuando bautizamos algo, debemos ponerle nombres que no despierten sentimientos arcanos”.
Los mismos argumentos pueden servir para explicar la segunda parte del informe. Cuando se le da la vuelta a la pregunta y se inquiere por las “reservas” —recelos— ante la ciencia, España, con Polonia e Italia, es de las que más pegas pone. Entre las más mencionadas están que “la ciencia va demasiado deprisa”, que “perjudica más que beneficia el medio ambiente”, que “ha hecho que el mundo actual este lleno de riesgos para las personas en su vida diaria”, y que los investigadores “no deberían intentar cambiar la naturaleza”.
Que sean tres países de raíz católica los que tienen una peor opinión de la ciencia “no ha sido analizado” por los autores del estudio, señala Perera. “Puede que no tenga nada que ver”, dice.

La base está en una enseñanza donde la experimentación es minoritaria
Curiosamente, de los peligros de la ciencia mencionados a los encuestados, entre lo que menos temen está que “acabe con la religión” y “que destruya los valores morales de la gente”. Estas dos posibilidades solo reciben como nota un 4,9 y un 3,8 sobre 10.
Esta apreciación se confirma en otra pregunta del informe: los límites de la ciencia. A los encuestados se les preguntó por dos posibilidades: que estos fueran de tipo ético o religioso. Se trata de una convivencia complicada, que ha generado injusticias como la condena de Servet por los calvinistas o de Galileo por los católicos.
Incluso los límites que podrían parecer más obvios son defendidos por poco más de la mitad (el 54%) de los encuestados. En España esta opinión es más débil: el 41,1% lo defiende, mientras que el 47,1% está en contra. Solo otro país del estudio, Holanda, tiene datos más rotundos: el 35,4% opina que debería haber límites a la investigación y el 56,1% (el único país donde esta opción obtiene mayoría absoluta) está en contra.
Guinovart es tajante: “Claro que tiene que haber límites éticos, lo que pasa es que no entendemos muy bien qué quieren decir. Debe haberlos, pero no religiosos, digamos que basados en una moral natural. No se pueden hacer ciertos experimentos con seres humanos ni someterlos a ensayos que pongan en peligro su vida. Seríamos como Mengele [el médico nazi]”.

El rechazo a poner límites religiosos a la investigación es mayoritario
Sánchez Cañizares le da la vuelta al argumento: es “apreciable” el “porcentaje de personas que no entienden la ética como un freno al progreso”, sino “como la condición” para “una investigación auténticamente al servicio de las personas. Que el porcentaje en este último caso [en España] sea más bajo que la media de los países estudiados podría deberse a una menor familiaridad de los encuestados con el trabajo real de los científicos, que requiere la orientación humana ofrecida por la ética”, dice.
Pero quizá la gran sorpresa llega a la hora de juzgar la relación entre religión y avances científicos. El 72,4% opina que no debe haber interferencia, y el porcentaje sube al 80,4% en el caso de los españoles (es el tercer país en esta clasificación por detrás de Dinamarca y Holanda). En cambio, el 18,3% piensa que debe ser un factor limitador. Perera opina que “se rechaza todo [límite] que sea religioso, cualquier cosa que pueda retrasar el avance”. Sergio Calvo piensa que, en el caso español, hay una razón histórica para este rechazo: “El país ha tenido una herencia católica muy presente que tuvo un punto de inflexión con el final del franquismo. Y ahora la actitud puede ser del tipo: ‘Yo de esto no sé mucho, pero no estoy dispuesto a que un tercero me diga lo que se puede y lo que no se puede hacer”.
Emilio Muñoz está bastante de acuerdo. “Juegan más las creencias, lo no reflexivo. Somos una sociedad que ha evolucionado bastante en los últimos años, que hemos ganado libertades, y las defendemos mucho. Por eso no nos parece bien que se inmiscuyan ni la religión ni la ética”.
La relación entre la religión y la ciencia se aborda con otra pregunta. En ella se inquiere si hay un conflicto entre ambas. En este asunto, los encuestados creen en un 45,4% que ambas están en desacuerdo. El porcentaje sube al 50,9% entre los estadounidenses y al 49,1% entre los españoles.

En cambio, se entiende que debe haber un componente ético
La gran división entre los dos lados del Atlántico se produce en este tema. “En Estados Unidos hay una dicotomía muy fuerte. Es de los países más avanzados en ciencia, y a la vez, de las sociedades más religiosas. Es contradictorio”, dice Perera. Guinovart también destaca este aspecto del trabajo. Sobre todo en una pregunta específica, la que se refiere al creacionismo, que defiende la versión de la Biblia. Mientras solo el 24,7% de los europeos cree esta idea, entre los estadounidenses el porcentaje sube al 60,7%. Guinovart no lo entiende. “Hasta la Iglesia acepta la evolución y que la Biblia es un relato”, comenta.
El investigador saca otra conclusión del trabajo, que bien puede servir de colofón: “Me gustaría que el Gobierno fuera representante de esta población” que ha participado en el trabajo. “Que muestre el mismo interés por la ciencia. No lo entiendo, porque con cuatro duros podría sacar titulares y hacerse fotos. Pero vivimos en lo que Joan Massagué llama la feroz indiferencia”. “En España hubo medio siglo de oro de la ciencia a principios del XX, pero ningún responsable con poder económico que crea que la ciencia ayuda al país”, añade Muñoz.

Los inventos favoritos

JAVIER G. PEDRAZ / ROSARIO ZANETTA
Un tambor y un motor. La lavadora eléctrica fue diseñada por el ingeniero estadounidense Alva Fisher (1862-1947) en 1901, aunque no patentó la máquina hasta 1910. Fisher tuvo la agudeza de anclar un tambor a un motor al que, después, hizo girar en los dos sentidos para mejorar el resultado.
La idea del pedal. La primera bicicleta con pedales data de 1839 y se le atribuye al escocés Kirkpatrick MacMillan (1812-1878). Herrero desde los 12 años, a los 27 había creado su obra que, sin embargo, nunca llegó a patentar. Tres años después, gracias al pedal recorrió en dos días los 68 kilómetros que separan Dumfries, al sur de Escocia, y Glasgow.
El antídoto contra el dolor. Cuatro son los principales nombres asociados al origen de la anestesia. El primero es el estadounidense Crawford Long (1815-1878), quien en el año 1842 extrajo un quiste utilizando éter. Long, sin embargo, no hizo público su trabajo hasta 1849. El también estadounidense Horace Wells (1815 -1848) utilizó el óxido nitroso (o gas hilarante) para extirpar un diente en 1844. William Thomas Morton, que conoció a Wells y sus experimentos, se hizo famoso en 1846 por sedar a un paciente con éter y sacarle un tumor. Morton (1819-1868) se asoció con Charles Jackson (1805-1880) y ambos patentaron la anestesia en 1844.
El polémico origen de la radio. Aunque su aparición se suele vincular con el italiano Guillermo Marconi (1874-1937) —que patentó el aparato en 1896—, en 1943 la Corte Suprema de los Estados Unidos acreditó a Nikola Tesla, nacido en Croacia de padres serbios (1856-1943), como inventor del radiotransmisor en 1897. Tres años antes, en 1894, el ingeniero ruso Aleksandr Popov (1859-1906) presentó un receptor capaz de detectar ondas electromagnéticas y en 1896 transmitió el primer mensaje telegráfico entre dos edificios de San Petersburgo.
Energía eléctrica de origen solar. El alemán Heinrich Hertz (1857-1894) fabricó en 1887 celdas fotovoltaicas que transformaban la luz en electricidad. Lo hizo gracias al hallazgo del físico francés Edmond Becquerel (1820-1891) que, en 1839, encontró que algunos materiales generaban pequeñas cantidades de corriente eléctrica cuando se exponían a la luz del sol. La energía solar no se pudo usar hasta finales del siglo XX por su dificultad para almacenarla.
Fertilizantes contra el hambre. Aunque su aparición no se atribuye a ningún nombre, los fertilizantes (abonos químicos como fosfatos, nitratos, etcétera) dieron respuesta a las graves crisis alimentarias del siglo XIX gracias a la sofisticación de la agricultura. Formaron parte de la revolución industrial de la época.

viernes, 7 de septiembre de 2012

 «Quod natura non dat, Salmantica non præstat»

"Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta"

Lema de la Universidad de Salamanca (España). Es un proverbio latino que significa que esta universidad no puede darle a nadie lo que le negó la naturaleza. De este modo, ni la inteligencia, ni la memoria y ni la capacidad de aprendizaje son cosas que la universidad pueda ofrecer a sus alumnos.


Este es el enlace de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca:




jueves, 6 de septiembre de 2012

IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA EN LA UNIVERSIDAD PERUANA


Lic. MARTINA ROMERO RAMIREZ
Docente universitaria

LA REALIDAD DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL 

Con frecuencia los alumnos universitarios en nuestro país elaboran monografías, informes y trabajos para los cursos que desarrollan, como parte de planes previamente establecidos por los docentes y por la institución educativa, que consideran que el alumno debe investigar sobre las materias de su curso como un necesario complemento a la teoría que se le plantea. 

Sin embargo, estos trabajos generalmente suelen carecer de verdadero valor educativo por no ser el resultado de una investigación científica que además se vincule con el curso y sus objetivos, pues, cuando no son meras copias de otros trabajos, son auténticos “collages” de fragmentos de otras investigaciones, de imágenes y de cuadros estadísticos que se obtienen en muchos casos de las diversas páginas web y blogs que abundan con información poco confiable.    

Es verdad que en ese vasto universo de papel impreso (que termina siendo arrojado a la basura y reciclado) podemos apreciar atisbos de rigurosidad y disciplina que permiten vislumbrar una salida al problema, pues por lo menos hay voluntad para tratar de investigar, pero la investigación en la Universidad no llega a concretarse por múltiples factores ampliamente conocidos: i) la escasa formación previa del alumno en materia de metodología de la investigación, ii) las limitaciones del docente en la materia y la poca exigencia de investigaciones rigurosas, iii) la carencia de cursos de investigación científica, epistemología metodología de la investigación científica en la programación curricular, iv) la carencia de bibliotecas adecuadas, v) la exigua o nula producción bibliográfica o de revistas en la Universidad, que promuevan la investigación entre docentes y alumnos, vi) la falta de estímulos de las instituciones universitarias hacia tareas extracurriculares que le permitan al alumno desarrollar sus capacidades de investigación (talleres, círculos de estudio, entre otros), vii) la percepción social que la Universidad provee títulos y no forma personas, profesionales con capacidades científicas pero también con capacidades humanas que le permitan tener verdadero éxito en la vida, viii) un entorno social en el cual el “profesional” puede desenvolverse con relativo “éxito” aún careciendo de capacidades para la investigación científica; y en el cual además predominan los consumidores de tecnología y de teoría científica y no los creadores de ésta. Entre otros aspectos.

Comentario aparte merecen los trabajos que son producto de la curiosidad intelectual del alumno, que generalmente se publican en revistas estudiantiles, y de las tesis o tesinas que se sustentan para obtener el grado académico profesional. En este segmento suele haber mayor rigurosidad científica en la investigación, pero no al nivel que se espera pues en ellos también se repiten las carencias de lo producido en pregrado, y las causas suelen ser las mismas. Sólo tendríamos que adicionar dos aspectos: i) la errónea percepción que la Universidad es una suerte de agencia de empleos, que funciona con la sola expedición del “título”, y como consecuencia ii) la idea que la tesis o tesina es una suerte de último obstáculo o valla para obtener el ”título”, y no la consecuencia natural de un proceso de enseñanza aprendizaje, luego del cual debemos empezar a producir teoría y   tecnología, esto es conocimientos y productos especializados. 

Sin duda todo ello debe enmarcarse en el compromiso que cada cual tiene consigo mismo y con la sociedad a la cual se debe.  

IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA EN LA UNIVERSIDAD

Dicho esto, proponemos algunas cuestiones: ¿Cuán importante es la investigación científica en nuestras jóvenes generaciones universitarias? ¿Cómo se relaciona el desarrollo de un país con la investigación científica? ¿Para que sirve la investigación a nivel personal y a nivel colectivo? ¿Reciben los jóvenes por parte de sus maestros las debidas orientaciones para aprender a investigar?  

Se tratan de interrogantes que permanente realizamos en la docencia del curso  metodología de la investigación, pero que sin duda inquietan a todos los docentes que se proponen la dura y algunas veces frustrante tarea de estimular en sus alumnos el interés por la investigación científica 

En el proceso de enseñanza aprendizaje que se desarrolla en la Universidad, más que la información, los conocimientos o los datos, importa proporcionar al alumno las capacidades intelectuales, los métodos y las herramientas que le permitan desenvolverse en el ámbito de su profesión, lo cual es proveído por la investigación científica, la misma que debe constituir un aspecto central en la formación universitaria; pero a pesar de ello se soslaya el problema. ¿Cómo entonces abordar este tema y proponer soluciones válidas?

Sin duda la tarea principal se instala en el ámbito mismo de la Universidad, quien debe estar conciente de su rol de motor fundamental del desarrollo de la sociedad. En ese sentido la Universidad debe ser un espacio de élite intelectual que procure proveer de las mejores mentes a la comunidad y de los frutos que ellas habrán de ofrecer. Con la investigación científica se pueden lograr tales objetivos, ya el prestigio y el reconocimiento a la institución vienen por añadidura. 

También debe intervenir el Estado, procurando generar mecanismos legales y una actuación política a favor de la competitividad y la producción científica, proveyendo de adecuados presupuestos, generando los incentivos y estímulos necesarios, dotando de infraestructura a las instituciones y promoviendo convenios con universidades de países desarrollados. Un ejemplo de una acción inmediata que debe tomarse es el retorno al sistema de bachillerato anterior a la dación de la Ley Nº 23733, promulgada en 1983, que creo el sistema del llamado “bachillerato automático”, tan perjudicial para la investigación científica que se venía produciendo en la Universidad peruana.

El vínculo de la Universidad con la sociedad civil y el sector privado no es ajeno a la investigación científica pues en países donde la Universidad produce ciencia y tecnología hay una suerte de colaboración beneficiosa que se convierte en un círculo virtuoso, pues al invertir la empresa en la investigación, la Universidad produce beneficios para las empresas y para la comunidad en su conjunto. Este es un dato que se puede corroborar en los rankings nacionales y extranjeros que colocan como mejores universidades a las que se avocan a la investigación científica.

De ese modo pues consideramos que, a efectos de estimular la investigación científica se debe ampliar la programación curricular para incrementar los cursos de metodología. Igualmente consideramos que la investigación debe estar presente en todos los cursos de la carrera y que se debe evitar el error de darle a tales cursos una connotación exclusivamente teórica y en lo posible orientar la enseñanza hacia la práctica, pues el valor de la investigación científica no radica en un ejercicio puramente teórico sino que persigue un fin practico que es mejorar la calidad de la vida humana a través de la tecnología.

Finalmente, creemos que la Universidad puede generar un mejor ámbito para la investigación científica si promueve la creación de espacios para el intercambio y creación de conocimientos más allá del que se realiza en el aula, esto es con la implementación de talleres, círculos de estudios, conferencias y en general una vida académica permanente.

Este es sólo un esbozo provisional de un tema que creemos debe debatirse ampliamente y sobre el cual se deben tomar acciones inmediatas para introducir en la Universidad un verdadero espíritu académico del cual a la larga saldremos todos beneficiados. Recordemos que la mejor inversión de un pueblo es la educación y que esta educación cuando es crítica, libre y creativa produce buenos frutos. 



EL VALOR DE LA FILOSOFIA


".... De hecho el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio: los objetos habituales no le suscitan problema alguno; y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar hallamos por el contrario (...)  que aún los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar.

Aparte de esta utilidad de mostrarnos posibilidades insospechadas, la filosofía tiene un valor – tal vez su máximo valor- por la grandeza de los objetos que contempla, y la liberación de los intereses mezquinos y personales que resultan de aquella contemplación. La vida del hombre instintivo se halla encerrada en el círculo de sus intereses privados: la familia y los amigos pueden incluirse en ella, pero el resto del mundo no entra en consideración, salvo en lo que puede ayudar o entorpecer lo que forma parte del círculo de los deseos instintivos.

Esta vida tiene algo de febril y limitada. En comparación con ella, la vida del filósofo es serena y libre. El mundo privado de los intereses instintivos, es pequeño en medio de un mundo grande y poderosos que debe, tarde o temprano arruinar nuestro mundo peculiar. Salvo si ensanchamos de tal modo nuestros intereses que incluyamos en ellos el mundo entero, permanecemos como una guarnición en una fortaleza sitiada, sabiendo que el enemigo nos impide escapar y que la rendición final es inevitable. Este género de vida no conoce la paz, sino una constante guerra entre la insistencia del deseo y la importancia del querer.

Si nuestra vida ha de ser grande y libre, debemos escapar de uno u otro modo de esta prisión y de esta guerra.

Un modo de escapar a ellos es la contemplación filosófica. La contemplación filosófica, cuando sus perspectivas son muy amplias, no divide el universo en dos campos hostiles- los amigos y los enemigos, lo útil y lo adverso, lo bueno y lo malo-; contempla el todo de un modo imparcial. La contemplación filosófica cuando es pura no intenta probar que el resto del universo sea afín al hombre.

Toda adquisición de conocimiento es una ampliación del yo, pero esta ampliación es alcanzada cuando no se busca directamente. Se adquiere cuando el deseo de conocer actúa por sí solo, mediante un estudio en el cual no se desea previamente que los objetos tengan tal o cual carácter, sino que el Yo se adapta a los caracteres que hay en los objetos.

Esta ampliación del Yo no se obtiene, cuando partiendo del Yo tal cual es, tratamos de mostrar que el mundo es tan semejante que este Yo, que su conocimiento es posible sin necesidad de admitir nada que parezca serle ajeno. El deseo de probar esto es una forma de la propia afirmación y como toda forma de egoísmo, es un obstáculo para el crecimiento del Yo que se desea y del cual conoce el Yo que es capaz. El egoísmo en la especulación filosófica como en todas partes, considera al mundo como un medio para sus propios fines; así cuida menos del mundo que del Yo, y el Yo pone límites a la grandeza de sus propios bienes. En la contemplación, al contrario partimos del no –Yo, y mediante su grandeza son ensanchados los límites del Yo; por el infinito del universo, el espíritu que no contempla participa un poco del infinito.

..En la contemplación, todo lo personal o privado todo lo que depende del hábito, del interés propio o del deseo perturba el objeto y, por consiguiente la unión que busca el intelecto. Al construir una barrera entre el sujeto y el objeto, estas cosas personales y privadas llegan a ser una prisión para el intelecto. El espíritu libre verá como Dios lo pudiera ver sin ni aquí ni ahora, sin esperanzas ni temor- fuera de las redes de las creencias habituales y de los prejuicios tradicionales- serena, desapasionadamente y sin otro deseo que el del conocimiento, casi un conocimiento impersonal, tan puramente contemplativo como sea posible alcanzarlo para el hombre. Por esta razón también el intelecto libre apreciará más el conocimiento y universo, en el cual no entran los accidentes de la historia particular, que el conocimiento apartado por los sentidos, y dependiente, como es, forzoso en estos conocimientos, del punto de vista exclusivo y personal y de un cuerpo cuyos órganos de los sentidos informan más que revelan.

El espíritu más que acostumbrado a la libertad y a la imparcialidad de la contemplación filosófica, guardará algo de esta libertad y de esta imparcialidad en el mundo de la acción y de la emoción. Considerará sus proyectos y sus deseos como una parte de un todo, con la ausencia de la insistencia que resulta de ver que son fragmentos infinitesimales en un mundo en el cual todo permanece indiferente a la acción ce los hombres. La imparcialidad que en la contemplación es el puro deseo de la verdad, es la misma cualidad de espíritu que en la acción, se denomina justicia y en la emoción es este amor universal que puede ser dado a todos y no sólo a aquellos que juzgamos útiles o admirable. Así la contemplación no sólo amplia los objetos de nuestro, sino también los objetos de nuestras acciones y afecciones; nos hace ciudadanos del universo, no sólo de una ciudad amurallada en guerra con todo lo demás. En esta ciudadanía del universo, consiste la verdadera libertad del hombre y sus liberaciones del vasallaje de las esperanzas y de los temores limitados.

Para resumir nuestra discusión sobre el valor de la filosofía: la filosofía debe ser estudiada no por las respuesta concretas a los problemas que plantea, puesto que, por lo general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquece nuestra imaginación intelectual y disminuye la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero ante todo por que por la grandeza del universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande y llega  a ser capaz de la unión con el universo que constituye su supremo bien."